domingo, 29 de agosto de 2010

I


Probó alejándose
tapando el sol con un dedo
y hasta con la punta de un alfiler.
Pero la curiosidad es más fuerte
y el idiota siempre quita la mano
con el afán de comprobar que el sol fue muerto

Es menester mirar al sol de frente
dejar todo miedo de lado
por indigno y por imbécil.
Y esperar, con eterna paciencia
la muerte de ese sol azul
o una bendita ceguera.

Mirar el sol hasta que le repugne
hasta que su sola presencia de náuseas
mirarlo con odio intestinal.
Contabilizando sus pecados
ridiculizando sus deformidades
especulando con sus debilidades.

Mirarlo como se mira a los perros prostitutos
olerlo con involuntario desagrado
palparlo con ese asco escalofriante.
Conocerlo hasta lo más profundo
transformar su existencia en caridad
hacer de su esencia una quimera.

Terminó por darle todo eso a ese sol azul
el idiota y sus numerosos pecados,
deformes debilidades.
Hecho ahora perro prostituto
desagradable esclavo, asqueroso escalofrío
quimera inexistente.

Con una gota de espeso barro
dividiéndolo en dos por la espalda
hasta caer por su sexo,
el idiota recoge el alfiler
levanta la mano triste
en un último intento de enamorar al sol.


2 comentarios:

  1. Uoou! Me gustó... es tuyo?
    Me recordó a algunos textos de Girondo, un autor que admiro, que me encanta!

    Besos!

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  2. Siguelboim eres tu? Si, es mío. Pero le robo el concepto de Perro prostituto a Girondo. Eso es algo muy de él..es Girondo presente.
    Gracias por pasar!

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