martes, 3 de agosto de 2010

¿so!p :ɐʇsәndsәɹ

En la entrada inaugural hemos aclarado que al hablar de dios estaríamos hablando de la idea de dios y no de dios como fenómeno. El tema que impera en esta entrada será el análisis de esta idea y sus consecuentes fenoménicos.
Alguno habrá jugado al Indicios o a las adivinanzas alguna vez. Aquel juego en el que uno va recibiendo pistas sobre determinado objeto (personaje, lugar, etc.) y debe adivinarlo con la menor cantidad de indicios posible. Retrogrademos este procedimiento. Arranquemos por el personaje: Dios. Cuales son los indicios que nos permitirían descubrir que estamos hablando de dios?

En primer lugar, a dios no se lo ve ni se lo percibe en forma alguna. O al menos no de forma determinante. Todo puede ser explicado de otra forma, o no. Pero ninguna evidencia señala a dios de manera inequívoca. Es por esto que decimos que es idea y no fenómeno. No se manifiesta.
En segunda instancia, dios se encargaría (el dios que determina nuestra cultura) de brindarnos pautas morales, normas de convivencia, sugerencias del chef para degustar la vida. Es dios quien nos señala el camino correcto (co-recto). Es el quien instaura la idea de corrección. Y es el quien se toma el trabajo de ajusticiarnos si desoímos su mandato. Dios legisla, juzga y ejecuta.
Por otra parte, es omnisciente. Todo lo conoce. Y cuando decimos todo no queremos decir otra cosa más que todo. Pasado, presente, futuro fenoménico e ideal. No sólo conoce lo que pasó, pasa y pasará. Conoce también lo que podría haber pasado, podría estar pasando y podría pasar. Pero ojo! No nos determina. Nos brinda una dichosa libertad. Castigo de dios, somos libres pero nuestras acciones ya están previstas. Esta es una contradicción. No suscribe al código vigente hoy. Cómo podemos ser libres de mañana ir al parque de la costa si dios ya sabe que vamos a hacerlo? Abandonemos el código vigente y tomemos esta premisa como cierta. Tal vez podamos incorporarla al código más adelante.
Dios, además de regir el mundo (y co-regirlo con la humanidad), lo ha creado. Dios creó todo lo que nuestros sentidos perciben. Hizo el fenómeno. Pero no sólo eso! También creó la idea. Todo lo que pensamos, las esencias que sustraemos, ya fueron creadas por dios.

Bien. Hasta ahí tenemos una buena cantidad de indicios como para adivinar de quién estamos hablando. Pero momento. Leamos los indicios y pensemos un rato. Sólo se nos ocurre dios? Es dios la única idea, la única esencia extraída del fenómeno con la que pueden congeniar todas estas pistas?

Vamos por partes. Nos brinda pautas morales, juzga si las cumplimos correctamente y luego da su veredicto y condena (o premio). Pensemos quien hace esto antes de que siquiera hayamos conocido la idea de dios. Padres. Nuestros padres nos enseñan lo que está bien y lo que está mal. Ellos o alguien que cumpla su papel. Alguien se encarga de introducirnos en el mundo.
Sigamos. Es omnisciente. Todo lo sabe. Sabe lo que haremos. Pero nos deja decidirlo por nosotros mismos. Che, nuestros padres que nos conocen dese que nacimos y podemos decir que nos hicieron? No lo saben todo, acaso? No nos "brindan" el libre albedrío en algún estadío de nuestras vidas? Y los padres, para la mirada de un niño, no lo saben todo? Conocen pasado, por venir de ahí. Conocen y entienden el presente, por venir del pasado. Pueden prever el futuro por conocer, una vez más, el pasado y la forma en la que usualmente se desencadenan los hechos. Conocen nuestro pasado, presente y futuro. No sólo pueden prever nuestro futuro, pueden e inexorablemente lo determinan. O por lo menos lo condicionan. Fijate que extraño, la contradicción anterior cobró sentido dentro del código vigente. Somos libres pero alguien tiene la providencia de lo que haremos.
Para terminar con este pequeño juego, no son nuestros padres quienes hacen todas las cosas? No son ellos quienes nos presentan todos los objetos? Es imprescindible para entender esto hacerse la idea (o acudir al recuerdo) de lo que significa ser nuevo en el mundo. No son nuestros padres quienes nos hicieron? No es la casa paterna el jardín del edén en el que nuestras necesidades se ven satisfechas y estamos protegidos del dolor? No es este jardín aquel del cual somos expulsados o del cual nos escapamos? No nos vamos del paraíso al morder la manzana, es decir, al poner nuestra libertad en ejercicio? Yendo un poco más atrás, no es también el útero una suerte de paraíso del cual seremos inexorable y literalmente expulsados de la manera más traumática?

Al igual que papá noel, los reyes, el ratón y todos los otros artilugios educativos que nuestra bendita humanidad inventó para incorporar al nuevo, dios son los padres.
O no. Así como los indicios que elaboramos funcionan para la idea de dios y para la idea de padres, seguramente funcionen con otras ideas. Tal vez el estado. Dejo la búsqueda de otras esencias para estos fenómenos a quien quiera llevarla a cabo.

En esta relación tan imbricada que mantienen estas ideas tal vez estribe la posibilidad de creer en la existencia fenoménica de dios. Desde la psicología se plantea la idea de que creer en dios implica creer en los padres. Es por esto que las ideas de dios varían entre los hombres. No es raro escuchar la frase: "Si, yo creo en dios. Pero no en el dios de la iglesia." Porque el dios de la iglesia católica o de cualquier otra es un dios generalizable. Característica humana es intentar durante algún tiempo encajar el fenómeno dentro de la idea. Característica humana es notar el error y conocer el fenómeno. Característica humana es elaborar la idea que sí sea acorde al fenómeno. Explicarse el mundo y explicárselo al nuevo.



G.




3 comentarios:

  1. No es contradictorio que dios (la idea de él) sea omnipotente y al mismo tiempo dé libertad a sus creaciones. Dios (ahora en tanto institución) necesita que el Hombre sea libre, para que el Hombre peque. Sin pecado, no hay culpa. Y sin culpa, Dios, no tiene poder.

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  2. Es contradictorio para el código racional que se diga que el hombre es libre, pero por otra parte hay alguien que conoce el futuro. Eso implica que ese futuro ya está escrito. Y horada la idea de libertad.
    Lo del pecado es cierto, para la institución.

    Gracias por comentar, Anónimo2!

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  3. Escribí un texto en mi blog en respuesta a esta entrada. Pasate!

    Me siento culpable de no tener el tiempo para leer tu blog y comentar más seguido.

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