lunes, 2 de agosto de 2010

Del Miedo

El tema de esta entrada surge de una, o mejor dicho muchas experiencias personales. Inexplicable parece ser el miedo que se presenta ante la exposición pública. Por qué el mostrar en público lo que uno hace produce tanto y tan característico miedo? Aceptemos de una vez que "nervios" es un burdo eufemismo para decir pavura. A qué se le teme realmente? No es al público. No es a la opinión. A qué se le teme?
Una vez le preguntaron a Paco de Lucía por qué tenía tan mala cara cuando tocaba (léase cara de trasero). El tipo contestó: "Hombre! Porque tengo miedo!". Su interlocutor repreguntó: "Miedo a qué?". Y este es el tema de hoy. Paco contestó y echó luz: "Miedo a no ser Paco de Lucía".

Es el miedo a no ser lo que creemos que el resto cree de nosotros. Lindo quilombo. El temor es a uno mismo. Uno teme no estar a la altura de la idea que uno tiene de la idea que los demás tienen de uno. Qué deposita uno en los otros, es la pregunta. Qué es lo que uno asume que el mundo espera. Qué le gustaría a uno que el mundo esperara.
Por otra parte, el miedo del que hablo no es un miedo comparable a ningún otro. No es el temor a la muerte, ni al dolor, ni a nada parecido. Es el temor a una desgracia de la cual uno sería culpable. Se ha dicho alguna vez que el que nada debe, nada teme. En este caso, no parece aplicar. Qué puede deber un cristiano que dedica sus días a tocar un instrumento? Aún habiendo hecho todo lo necesario, se siente miedo. Después de haber estudiado y trabajado una obra por años se siente miedo al tocar. Si bien esto disminuye, siempre está presente en mayor o menor medida. No, no se trata de una deuda. Se trata de algo más.

La psicología podría decir que se trata de miedo al rechazo. Incluso miedo al reto, dado que se está haciendo algo y si se lo llega a hacer mal, habría represalias. Como un niño que recibe el reto de su padre por haber lavado mal un plato. Ese niño incorpora esa forma de relacionarse consigo mismo, siendo él emisor y receptor del reto. Una vez más, miedo a uno mismo. Se "mama" el tipo de relación de una persona y se lo inyecta como si fuera absoluto. Tal vez de ahí venga lo que uno cree que los demás creen y esperan de uno. Se trata de un amor condicionado al resultado. "Si hacés eso mamá se enoja!". Che, no será entonces que el mismo hecho de someterse a exposiciones es un intento siempre infructuoso de recuperar ese amor? No será por eso que en lo primero que se piensa después de un concierto/función/etc. es en el próximo y las cosas que hay que corregir? No será que en el resultado de lo que hagamos buscamos un amor que nunca vamos a encontrar? Corregir en cursiva no es capricho. Corregir. Reinar con otro. Quién mas reina acá? Creí que era sólo yo.

Todo esto está muy bien. pero no me convence. No termino de explicarme porqué el miedo. Es un miedo que se siente en las tripas. Una sensación de las más viscerales. Como si el propio cuerpo rechazara lo que uno está por hacer. Cual mecanismo de defensa, el estómago se revela y empieza a hacer unos ruidos que casi parecen decir en italiano "Non....non." Si uno tiene que usar las manos, estas se enfrían hasta endurecerse o transpiran haciéndolo todo resbaloso. Si uno piensa cantar: La garganta se seca. Por qué la naturaleza nos niega desde lo físico el placer de realizar actividades creativas y que otros lo vean? Tal vez sea por la naturaleza divina de estos menesteres. Sospecho que en un acto de despecho dios intentó recordarnos por siempre que somos humanos y que no es propio de la humanidad el ser demiurgos. Que demiurgo hay uno sólo. Y que si algún objeto de su creación decidiera por propia voluntad convertirse en dios, no lo haría sin sufrimiento. "...con lágrimas, sudor y sangre."

A pesar de todo esto, es necesario decir que el arte es la más bella y tal vez la única ocupación digna del hombre. Si como es arriba es abajo, que dios se la banque y que mis creaciones sufran. El miedo, si bien insoportable, da cuenta de algo importantísimo: Hay algo en juego. Algo de verdad importante. Nadie siente el miedo del que hablo al ir a la oficina. Nadie lo siente a la hora de decidir si comprar al contado o en cuotas. Es un miedo que sólo se siente al poner absolutamente todo lo que uno fue, es y será al servicio de un sólo momento. Un pequeño lapso mugriento, trascendental e insignificante en la vida de uno. Son años para algo que durará una hora. Como aquella anécdota de Pablito Picasso en la que pintó un cuadro en 10 minutos. Un fulano se lo quiso comprar y preguntó el precio. Picasso le dijo que costaba diez mil dólares. El comprador, indignadísimo, señaló que sólo le había llevado diez minutos hacerlo y que no pagaría tanto por tan poco trabajo. Picasso contestó y echó luz: "Yo tardé treinta años en hacer este cuadro en diez minutos."

El miedo sólo desaparece cuando aparece el arte aparece sólo cuando desaparece el miedo.



G.


4 comentarios:

  1. es muy interesante lo que planteas, y es verdad siempre está el miedo .... será el miedo al fracaso .......

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  2. Hoy no tengo nada que acotar. O sí. Tengo algo. Este escrito es excelente. Excelente. De verdad.

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  3. Uy..dos anónimos distintos. Anónimos sinónimos.
    Al anónimo1: Es miedo al fracaso. Pero no es miedo a cualquier fracaso. Uno fracasa constantemente. Tiro al arco, apunto abajo a la derecha. Antes de patear no siento ese miedo. Y si se me va para arriba y entra está todo bien.

    Al anónimo2: Muchas gracias!

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  4. Fe de erratas: Donde díce "Anónimos sinónimos" debe decir "Anónimos homónimos".

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