martes, 10 de agosto de 2010

Carta Abierta a Ricardo Fort


Buenos Aires, 10 de Agosto de 2010



Estimado Ricardo Fort:


Por la presente me dirijo a Ud. con el más sincero respeto y con la intención de comunicarle algunos cuestionamientos y apreciaciones personales con respecto a su figura, los valores que encarna, como es recibida por el grueso de la sociedad y las implicancias que podría llegar a tener. Quien suscribe no es más que un simple estudiante de música.

En primer lugar, quiero hacer notar lo poco común de su persona. Por lo general, los grandes ricos de la historia han sabido mantener un conveniente perfil bajo. No es su caso. Ud no tiene reparos en mostrar al mundo su patrimonio, por televisión nacional, medios gráficos o en cualquier otra forma. Sospecho que los dueños del mundo optan por el "anonimato", justamente, para proteger ese patrimonio. Para evitar que las personas que trabajan para ellos y quienes consumen sus productos noten la falta de relación entre el esfuerzo y el patrimonio. Sin embargo, Ud deja de lado esta hipocresía y decide hacer gala de su riqueza frente al país entero. Mi cuestionamiento es el siguiente: ¿No le da un poquito de miedo? Entiendo que sus empleados han realizado paros a partir de su despegue mediático. Esto confirma mi sospecha de que entre asombrarse por el patrimonio de un famoso (después revisaremos este término) y cuestionarse por qué esa persona posee todo lo que posee, no hay demasiados pasos intermedios. Lo que le sigue a eso es la indignación y, eventualmente, una decisión.

Ahora sí revisemos el asunto de la fama. Fíjese que ud se ha hecho famoso en un acto de voluntad. Ud decidió hacerse conocido entre sus, permítame decirlo, pares. Y con eso alcanzó. Encontrará ud notorio que la mayoría de las personalidades públicas que han figurado y hoy figuran en nuestros medios han tenido que hacer al menos algo para hacerse públicos. Aún aquellas figuras más despreciables han participado de alguna película, telenovela, programa radial, carrera de lanchas, etc. Ud no. En ese sentido me dan ganas de felicitarlo. Ud se ha convertido en lo que es sin necesidad de hacer nada más que eso. Cómo lo hizo, con qué medios y si su grado de exposición es meritorio, o, si el pueblo argentino lo merece a ud como persona pública, son discusiones aparte.

Discutamos entonces. Analicemos, por ejemplo, la figura de José Pablo Feinmann. Tal vez ud no lo conozca, pero es un hombre medianamente famoso, aunque no aparece en el programa de Tinelli. J.P. Feinmann ha hecho algo que después algunos otros o él mismo vieron la necesidad de que fuera conocido. El hombre se hizo conocido a través de su obra y esa obra se vio valorada por una sociedad o parte de ella. Este esquema puede aplicarse a muchísima gente. Podemos pensar en Favaloro, en Piazzolla, en J.L.Borges, en R. Walsh y también en Maradona, Fangio, etc. Toda gente que hizo algo que después la sociedad valoró favorablemente. Ni siquiera podemos decir que hayan hecho lo que hicieron para obtener esa valoración. Sé que mientras Piazzolla escribía las cinco piezas para guitarra no pensaba en llenar River. Era toda gente que pensaba en lo que hacía y se esforzaba por hacerlo a la perfección. Ud ha logrado esquivar todo eso. Su nombre suena cien veces diarias en los medios audiovisuales sin que usted haya movido un dedo. Entiendo que siendo usted lo que es, esté acostumbrado a obtener el máximo beneficio con el menor esfuerzo. De cualquier manera, este asunto me sigue impresionando.

Vamos concluyendo entonces que ud no tiene ningún mérito sobre su posición en los medios. Nada ha hecho para obtenerla. Esta verdad podemos generalizarla también a su patrimonio. Nada ha hecho para obtenerlo. Vemos que su patrimonio heredado es lo que posibilita su inserción mediática. Volvamos entonces un poco al tema del principio. Los grandes ricos suelen mantener un sano perfil bajo. Por qué? Porque saben de su realidad. Saben que nada han hecho que justifique su patrimonio. Saben que no tienen ningún merito por haber nacido en una familia acaudalada. Y en algún punto, saben que eso no es del todo correcto. El razonamiento es muy simple, Ricardo. Yo lo haré por ud: "Yo nunca trabajé más que mis empleados. En rigor, nunca trabajé. O si lo hice, nunca tanto como mis empleados. Entonces no hay ninguna razón para que ellos tengan menos que yo, o que yo tenga más que ellos. Sin embargo, esto es lo que me ha tocado en suerte vivir y no voy a ser yo quien cambie un sistema que de manera fortuita me favorece." Bien. Esa es la primera parte. Se imagina la segunda? No se preocupe, yo se la paso: "Sin embargo, si quiero mantener mi posición favorable, es menester que quienes tienen menos suerte que yo no se enteren de la injusticia que viven. Es importante que se me conozca lo menos posible." Esa es la opción número uno en el ranking de los burgueses. Sin embargo, ud podría optar también por la siguiente: "Momento. Si yo no merezco lo que tengo, debo solucionar este problema. Tal vez no me pueda comprar tantos relojes y autos, pero la verdad es que ya tengo suficientes. Y mis empleados, que son quienes verdaderamente trabajan para que yo pueda mantener mi estilo de vida (sin saberlo), han vivido ya mucho tiempo bajo mi yugo. Tal vez sea hora de repartir los frutos de su trabajo de manera igualitaria." Y acá, Ricardo, está la magia. Acá está su verdadera oportunidad de dejar de ser famoso tristemente y de manera efímera para convertirse en un auténtico famoso que lo merezca. Esta es su oportunidad, Ricardo, de redimirse con el mundo entero, con aquellos pobres diablos que acatan sus órdenes durante el día y escuchan sus peleas idiotas por la noche. Esta es su oportunidad de arreglar lo que está mal.

Entiendo que esto lo pone entre la espada y la pared. Pero en realidad, yo sólo le digo que siempre estuvo entre la espada y la pared. Ahora sólo es consciente de eso y puede decidir y hacerse responsable. No que no lo fuera antes. Pero ahora que yo sabré que ud sabe lo que yo pienso, sabré que ud decide ora ser justo ora ponderar su estilo de vida. Ud se ha esforzado por mostrarse humano repetidas veces en los medios. Ud se ha mostrado como un "hombre con códigos", esta es su oportunidad de ser lo que dice ser. Me despido con la expresión de toda mi confianza en que estas palabras llegarán a ud y que ud tomará una decisión. Tome mi consejo, deje la fama y hágase inmortal.


Saludos cordiales,



Gonzalo Rodriguez
DNI 33.802.296

7 comentarios:

  1. Ricadro Fort, el Willy Wonka del subdesarrollo


    Sebastian

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  2. ¡¡¡RICARDO, SOS UN GENIO!!! SEGUI ADELANTE CON TUS IDEAS Y TUS PROYECTOS, ASI VAS BIEN UNA ADMIRADORA MAS KUCKY.

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  3. Gonza, fantástico. No es lo primero que leo en tu blog, pero sí lo primero que comento. Me arrancó alguna risa, aunque no sea para reírse. Mi opinión: imprímase y hágase circular por los medios.

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  4. Gracias! Lo mandé a varios medios gráficos. La Nación dijo: "No publicable". Jaja. Me falta Tiempo Argentino nomás.

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  5. Excelente, impecable el respeto que has utilizado para mostrarle a esta persona la forma erronea con la que se mueve. me alegro que haya sido publicado...espero que se conosca en forma masiva porque vale la pena el leerlo y conoce su contenido

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