martes, 21 de diciembre de 2010

Uno de Pascua




Hoy hacía un calor de locos. Lo peor del calor de esta época es que sabemos que preludia un calor aún más insoportable. En la búsqueda de algo que aplaque, aunque sea de manera momentánea, el suplicio que significan más de treinta y cinco grados, decidí meter la cabeza y los hombros dentro del congelador que se encuentra en la parte superior de la heladera. Parado sobre una silla, abrí el artefacto y respirando hondo me introduje con los ojos cerrados. El alivio fue instantáneo.
Sin embargo, al cabo de pocos segundos descubrí que era un idiota metido dentro del congelador. Es cuando uno tiene este tipo de revelaciones que uno abre los ojos más de lo normal. Fue entonces cuando lo vi. Un papel añejo, cubierto de escarcha. Con algunos granos de choclo adheridos al pelo, salí del congelador sosteniendo el amarillento pedazo de papel.
Con un tramontina pude apartar la escarcha y noté que había algo escrito. Parecía un acta de una reunión de consorcio o algo por el estilo. Puse el documento a baño maría durante diez minutos. Una vez descongelado y seco pude leer:


"
Nombre: Gaspar Funes
Edad: 5 años (todavía cree)
Reside en: Paraná, Entre Ríos, Argentina
Pidió: Un autito a batería, para no tener que pedalear más. Una lancha de esas que se manejan a control remoto. Y sentarse al lado de la chica que le gusta el año que viene en la escuela.

Argumentos a favor:
El niño siempre se ha portado, dentro de todo, bien. No le trae demasiados problemas a sus padres, excepto cuando no les hace caso. Pero este tribunal juzga también que muchas veces sus padres se equivocan y el niño acierta. Es de buen corazón y el hecho de que pida estar cerca de su objeto de amor nos confirma esta apreciación. Cabe destacar que los juguetes solicitados no dañan el ecosistema ni contribuyen al derretimiento de los hielos polares que tantos problemas nos ocasiona. Varias veces ayudó a una señora a cruzar la calle. Sus notas en la escuela no son sobresalientes, pero tampoco son un problema. Además, este tribunal percibe que si no se esfuerza demasiado en la escuela es porque tiene puesta su mente en problemas de mayor envergadura. (Subcomisión Argumentos a Favor)

Argumentos en contra:
Es un pedante condenado que nunca va a escuchar a otro ser humano y considerarlo apto como para sugerirle nada. Es por esto que no hace caso a sus padres. Este niño que sólo cuenta con cinco años pretende sentarse al lado de una niña en el colegio, yendo a contrapelo de todos los demás de su edad que se agrupan por género. Qué tipo de perversión ostenta este delincuente juvenil, es cosa que este tribunal ignora. Los juguetes que este mozalbete nos exige son un claro preludio del tipo de hombre en el que se convertirá en pocos años. Un imbécil motorizado por tierra y agua que bajará la ventanilla para gritarle cosas a las mujeres. Si bien es cierto que un par de veces le tomó el brazo a una señora para cruzar una mínima calle, también es cierto que la mayoría de las veces que la vio intentando cruzar, se hizo el dormido. Evidenciando así no sólo su poca abnegación sino también su galopante estupidez, ya que no estaba en un colectivo ni le pedían el asiento. Sus mediocres notas en la escuela no hacen más que demostrar que este energúmeno es un perverso que utiliza las horas de clase para observar de manera compulsiva a la pobre señorita del asiento B-5. (Subcomisión Argumentos en Contra)

Apreciación de la Comisión Evaluadora

Visto y Considerando los argumentos a favor y en contra, esta comisión resuelve: Sugerir al PEPN que regale a Gaspar Funes, en lugar del autito una bicicleta y en lugar de la lancha a control remoto una lanchita "pof-pof". En cuanto al pedido de cambio de asiento, sugerimos dejar que la situación se resuelva de acuerdo a la voluntad de la maestra del año que viene o la del propio G.Funes, quien bien podría solicitar a la maestra sentarse en el lugar que desee.-

"


Luego de leer el documento, se me ocurrieron muchísimas explicaciones lógicas. Ninguna de ellas era posible. Sin embargo, el calor era tan sofocante que deseché el papel y me volví a meter en el congelador. Con la extraña expectativa de que Funes logre sentarse al lado de su amada el año próximo.



G.-

domingo, 21 de noviembre de 2010

De la Política

Después de más de un mes de silencio, retomo esta actividad que tan pocas alegrías me ha dado pero que tanto me gusta. Avatares de la vida, cuestionamientos demasiado fuertes, la sensación de no tener nada claro y la sucesión de eventos recordatorios de la finitud me impidieron mantener la frecuencia de publicación en este espacio.

Algunos de estos fenómenos ya comienzan a estacionarse y empiezan a formar parte del sedimento de la conciencia. Creo que uno no puede hacer nada con algo que todavía no tiene más o menos resuelto. Uno de estos menesteres es la política.

Aristóteles define Política como la "construcción de la polis". Podríamos decir, construcción de ciudadanía. No cito a Aristóteles por heterónomo sino porque estoy de acuerdo con esta definición y todo lo que implica. Siendo una construcción, necesariamente se trata de una praxis. Esto no impide la existencia de un logos, pero la praxis es indispensable. Este es un aspecto de la política. Política se hace. También puede pensársela, pero inevitablemente se la hace.

En este punto llegamos a un segundo aspecto sobre la política. Digo que inevitablemente se la hace. Sin importar si uno desempeña un papel activo o pasivo, uno está construyendo la polis. Porque uno es-en-el-mundo y está condenado a esta libertad (me declaro lector promiscuo que se acuesta con todos los autores). Hasta aquí el lector probablemente no haya leído nada nuevo. Sin embargo, si uno sigue exhaustivamente la lógica de los argumentos expuestos, puede llegar a alguna que otra conclusión que podría parecer novedosa.

En nuestros tiempos (cada vez más estas publicaciones aceptan su inevitable inmersión en los ejes tiempo/espacio), no es difícil encontrarnos con algunos seres humanos (y por esto actores políticos) que bastardean el significado sublime de la política. Dentro de estos están aquellos que plantean la imposibilidad de absolutamente todo. Desconocen la realidad. Y están aquellos que plantean la posibilidad de absolutamente todo. Desconocen la realidad.

Si definimos la política como una praxis, ésta no puede pensarse (logos) por fuera de la realidad. Es menester conocer profundamente la realidad que se pretende transformar o construir (transformar con otro). Quien se preocupe por conocer, estudiar y comprender esta realidad comprenderá que hay cosas que pueden hacerse para transformar el universo. Y hay cosas que, al menos por ahora, no. De esta forma, nos encontramos con dos "extremos" de las visiones políticas que reinan en nuestro tiempo. En una esquina tenemos al conservadurismo más recalcitrante. En este bloque encontramos a los derrotistas que plantean que todo es una mierda y también a aquellos que reivindican lo peor del sistema capitalista. En la esquina opuesta nos encontramos con aquellos que proponen la destrucción de todo en pos de un sistema que todavía no tienen bien claro. Son esos que pasan por las aulas de la facultad de Ciencias Sociales para hablar de la crisis del maní en Puerto Príncipe. Lo máximo que hacen estos actores políticos por su realidad es pronunciarse o llevar la realidad a límites insospechados para hacer más visibles sus propios intereses no satisfechos.

Ninguno de estos dos grupos es consciente de su responsabilidad como constructor de polis. Ninguno hace política conscientemente. Uno porque deslegitima todo lo que tenga que ver con política, el otro porque incurre en la pedantería de pensar que sólo lo que él hace es la política. La política, en rigor y por definición, es transformar una realidad. Conocerla y transformarla. Esto implica negociar con ella, embarrarse los pies.

La definición de Aristóteles no contiene axiología alguna. Todos somos parte de la política porque todos somos-en-el-mundo y por eso todos construimos esta polis. Sin embargo, lo que yo hoy escribo no está libre de axiología. Lo que yo creo es que uno debe construir esa polis con plena consciencia de lo que está haciendo y de la realidad que se quiere modificar. Eso, evidentemente, no está en ninguno de los dos grupos expuestos anteriormente.

Hoy vengo a blanquear un asunto para ya poder darlo por sentado sin correr riesgos de ningún tipo. El camino que yo elijo, la política que considero más conscientemente política, los ideales y praxis con los que yo congenio (y aquí me meto de lleno en tiempo y espacio), se ven encarnados sólo por el peronismo. Con esto quiero dejar claro que yo llego al peronismo. No parto de él. Llego al peronismo como una conclusión. Un movimiento que busca transformar una realidad, la conoce y la transforma en la medida de lo posible. Y "la medida de lo posible" no es poco. Quienes me conocen saben que no soy un "blogger rentado K", y los que no me conocen pueden opinar libremente. Pero no quiero sentir que engaño a quienes leen estas publicaciones. Yo apoyo este modelo de país y a quienes lo llevan adelante. Porque han sabido hacerlo, con errores, nunca inmaculados, pero lo hacen.

Sepan aquellos que no se quieren manchar, aquellos que desprecian un modelo por no ser inmaculado, que las cosas nunca salen como uno quiere. Y aquí tenemos que ser adultos y responsables. Siempre existe una distancia entre la idea y el fenómeno. Esto es conformismo? No. Esto es conocimiento de una realidad y acción consecuente con ella. El actor político que así se reconozca, no puede pensarse fuera de la realidad. Debe ser plenamente consciente de los efectos que provoca su accionar, por acción u omisión.


G.-


jueves, 16 de septiembre de 2010

La verdad sobre las aves de ciudad


Muchos se han preguntado sobre las aves que habitan las ciudades de los hombres. Cómo es posible que estos pajarracos se desarrollen tan bien en un hábitat tan poco natural? Cómo explicamos que la Ciudad de Buenos Aires esté plagada de palomas y que en los cientos de hectómetros cuadrados sembrados de trigo a pocos kilómetros de aquí sólo se encuentren un par? Son muchas las hipótesis que hemos barajado en este serio trabajo de investigación. Sin embargo, conviene sentar algunos supuestos básicos antes de proseguir con la exposición.
Aún las religiones más antiguas le dan algún papel por lo menos secundario a alguna que otra colúmbida. Esto nos da la pauta de que hace milenios que acompañan a las sociedades humanas. Siempre simbolizaron valores de signo positivo para las civilizaciones: Paz, sencillez, inocencia, armonía. Incluso en lengua fenicia "paloma" es homónimo de sacerdote. Los ascalonios creían que al morir transformábanse en palomas. Por esto no se atrevían a comer ni a matar ninguna. Podrían estar comiéndose a sus propios padres, hermanos, reyes, etc. Entonces preferían alimentarlas con paternal cuidado.
Hoy y en esta ciudad, las palomas gozan de menor prestigio, y su peor depredador es el hombre motorizado.
¿Qué relación establecen estos bichos con la humanidad?¿Por qué se empeñan en acompañarnos? Cuentan quienes conocen de historias, que las palomas no acompañan al hombre, sino que soportan su dominación. Como sabemos, se empezó a utilizar a estas aves como mensajeras, aprovechando su ímpetu reproductor. No obstante, esta dominación no se mantuvo estática sino que fue progresiva. Dícese que debido al contacto humano, las palomas desarrollaron el habla. Esto dará a luz a las risas de los refutadores de leyendas. Sin embargo, sabemos que esta es una cualidad de más de un ave.
Las palomas utilizadas para mensajería siempre estuvieron en manos de familias reales, nobles y acaudaladas en general. Sería difícil pensar que con el mejoramiento del correo postal la invención del telégrafo y el teléfono, estas familias dejaran a las palomas en libertad. Es una imagen demasiado sublime para adjudicársela a los apropiadores del mundo. No, aprovecharon a las palomas de otra manera.
Unos pocos iluminados cuentan que las colúmbidas parlantes son figura central en un plan de aniquilamiento de los secretos. Julio Materazzi cuenta en su diario que un 13 de Septiembre le confesaba su amor a una señorita en una plaza desierta, a eso de las 3am. Al día siguiente, recibió una golpiza terrible por parte de Matías Juarez, hermano de la beneficiaria del amor de Materazzi y descendiente de un conde. Materazzi atribuye el alcahueteo a un palomo soplón.
También esclarecedor es el ejemplo que significa la historia de Francisco Miranda, amigo y compañero de Materazzi. Este último cuenta en su diario que después de la golpiza recibida, su amigo Miranda desarrolló un complejo código de signos verbales, gestuales y sonoros para evitar la intromisión aviar. Por culpa de esos avatares de la vida, que poca relación guardan con los procesos formales de la razón, Miranda terminó sólo en la plaza intentando esparcir la enseñanza del nuevo código que sólo las palomas, por puro cansancio, terminaron por comprender. Mientras que todo el barrio lo caratuló como "loco de la plaza". Y los niños divertíanse imitándolo y arrojándole migas de pan.
Cuenta el ruso Bolkonsky, en las revelaciones que guardaba en el dobladillo de sus pantalones, que las palomas le habían comunicado furtivamente que deseaban rebelarse y escapar del yugo de los oligarcas. Que sólo necesitaban el apoyo del resto de la humanidad. Pero que temían revelarse ante los demás hombres como seres parlantes dado que muchos tenían la extraña costumbre de ultimarlas a raquetazos como si estuvieran frente al mismísimo Lucifer. Desafortunadamente, algunos días atrás, Bolkonsky había escondido debajo de la plantilla de un zapato una revelación que decía: "El demonio se me ha aparecido en su forma natural y me ha dicho que en lo próximo se rebelaría como una especie de colúmbida parlante cuyo nombre local desconocía."



G.-

jueves, 9 de septiembre de 2010

Anexo I


Ley de Relaciones Sociales y Comunicación

Anexo I

De las comunicaciones

Artículo 1º. A partir de las 24hs transcurridas de la publicación del presente reglamento no se utilizará ningún tipo de tecnología de mensajería instantánea. Las comunicaciones no dinámicas serán a través de correo electrónico o tradicional. Las comunicaciones dinámicas a través del teléfono o personalmente. Las informaciones breves podrán ser transmitidas a través de tecnología sms.

Artículo 2º. Es competencia del sujeto la elección del medio de comunicación entre los presentados en el Artículo 1º. El Sujeto administrará estos medios de acuerdo a su consideración de la oportunidad que tengan con respecto a sus interlocutores y su categoría afectiva.

Artículo 3º. La comunicación por medio de las llamadas redes sociales y blogs, continuará siendo idéntica. No se utilizará la mensajería instantánea de redes sociales.

Artículo 4º. Los correos electrónicos se revisarán con la siguiente frecuencia dependiendo de sus características: a) Correo personal: Dos veces diarias, quedando esto supeditado a la coyuntura. b) Correos compartidos o de organizaciones en las que se participa: Dos veces por semana, quedando esto supeditado a la coyuntura.

Artículo 5º. Es competencia del Amo del Universo Sensible modificar el presente reglamento. Nadie ajeno a ese título podrá siquiera cuestionarlo. Esto será severamente penado.

Artículo 6º. La tecnología sms será utilizada con fines prácticos y establecidos: a) Avisos breves y concisos de situaciones apremiantes o actuales. b) Felicitaciones por cumpleaños y todos dichos comunes e irrelevantes de la práctica social. c) Preguntas cuya respuesta pueda ser unívoca, breve y concisa.- Cualquier otro uso de esta tecnología, será desestimado y no obtendrá respuesta.

Artículo 7º. Cualquier comunicación que involucre un porcentaje afectivo podrá ser transmitida sólo por los siguientes medios: Teléfono, personalmente, correo electrónico, correo tradicional. La utilización el sms o cualquier otro medio será severamente penada.

De las relaciones sociales

Artículo 7º. Aquellos habitantes del Universo Sensible que quieran comunicarse con el Amo del Mundo sensible, utilizarán los medios dispuestos en el artículo 1º. La utilización de cualquier otro medio será severamente penada.

Artículo 8º. En virtud de lo dispuesto en el Artículo 7: a) Todo aquel que desee hablar con el Amo del Mundo Sensible podrá comunicarse llamando al teléfono 4381-9895 o al 156-188-3367. b) Todo aquel que desee concretar una cita con el AdMS deberá combinarla previamente por teléfono, correo electrónico, tradicional o en una cita previa. El uso de cualquier otro medio será severamente penado. c) Quien desee expresar una opinión o información unívoca al AdMS podrá hacerlo a través de cualquiera de los medios mencionados en el Artículo 1º.

Artículo 9º. Queda establecido en el presente reglamento que se considera suscriptos a la categoría de amigos a aquellos que: a) Han compartido un tiempo considerable bajo las inclemencias de la vida. b) Conocen las peores miserias del AdMS. c) Aquellos que, a su manera, desean el bien del AdMS. d) Mantienen un lazo afectivo con el AdMS. Quedan terminantemente excluidos de dicha categoría aquellos que: a) Hacen caso omiso del presente reglemento. b) No respetan la legislación en general del AdMS. c) No mantengan ningún lazo afectivo con el AdMS.

Artículo 10º. Queda establecido en el presente reglamento que se considera dignos del amor del AdMS a aquellos que: a) Respetan el presente reglamento. b) Profesan un amor de igual magnitud al AdMS. c) Demuestran el coraje necesario para hacerse cargo de ese amor, o demuestran la falta de coraje y aceptan la ayuda necesaria para cambiar. d) Aceptan las flaquezas del AdMS y se ocupan de conocerlo. Quedan terminantemente excluidos de esta categoría aquellos que: a) No profesan amor por el AdMS. b) Ponderen su propio beneficio por sobre el del AdMS. c) No piensen en el AdMS con una regularidad igual o mayor a una vez por semana. d) Aquellos que se burlan del amor del AdMS. e) Aquellos que incurrieran en delitos de lesa humanidad tales como el engaño, la mentira, la traición, la desconsideración o la indiferencia en perjuicio del AdMS.

Artículo 11º. Se darán por terminadas todas aquellas relaciones sociales que: a) Vayan en perjuicio del bienestar físico y mental del AdMS y que no brinden ningún goce estético a cambio. b) Tengan intenciones no confesas, encierren engaños y no brinden ningún goce estético a cambio.

Artículo 12º. El AdMS ponderará, propiciará y premiará aquellas relaciones sociales que involucren amor incondicional. Entendiéndose por esto, amor a pesar de cualquier cosa y por el amor mismo.

Artículo 13º. El AdMS sólo puede amar de la manera que fue explicitada en el Artículo 12º. En virtud del valor de Justicia se espera lo mismo de los habitantes del Mundo Sensible que busquen ser comprendidos dentro de las categorías explicitadas en los Artículos 9º y 10º.

Artículo 14º. Es competencia del AdMS la interpretación, ampliación y modificación del presente reglamento.







martes, 7 de septiembre de 2010

Ley de Relaciones Sociales y Comunicación

Buenos Aires, 8 de Septiembre de 2010


VISTO

Que las relaciones interpersonales se vuelven cada vez más impersonales. Que con las amistades uno logra encontrarse sin importar los medios. Que el software de mensajería instantánea no satisface nuestras necesidades de comunicarnos con la sociedad y de entablar lazos amistosos y afectivos. Que internet conduce el amor con la misma eficacia con la que el caucho conduce electricidad. Que los nuevos medios de intercomunicación no encuentran éxito en hacernos sentir menos solos. Que resulta imposible dar cuenta de la veracidad e intencionalidad que guardan los mensajes intercambiados por medio de las nuevas tecnologías. Y que los monitores producen deterioro de la córnea y el mouse tendinitis,

CONSIDERANDO

Que todavía contamos con los medios tradicionales. Que encontrarse en una esquina guarda mucho más interés que conectarse a las 20. Que espiar detrás de una persiana es mucho más adrenalínico que estar en "no conectado". Que, al día de hoy, resulta imposible el contacto físico a través de la fibra óptica. Que percibimos mayor belleza en esperar a alguien en la puerta que en esperarlo detrás de la pantalla. Que se siente algo mucho más intenso al escuchar una voz por el teléfono. Que Times New Roman nos resulta menos expresiva que la caligrafía horrenda de un amigo. Que nuestra comunicación en su formato actual está mediado por software cuya interfaz no hemos decidido, y que este hecho nos determina. Que la ciencia no ha encontrado ni una sola forma de transmitir olores. Y que se percibe algo sublime en el encuentro físico de dos o más personas en un ámbito público.

El Poder Ejecutivo, Legislativo y Judicial, en cooperación con la Fiscalía del Universo, El Amo y Señor de todo el Mundo Sensible, bajo estricta vigilancia del Ministro de Planificación de la Multiplicidad de Futuros Posibles, y con el auspicio de Los Linfocitos Fobifágicos,

RESUELVE

Artículo 1º. Aprobar como Anexo I que integra y forma parte de la presente Resolución la LEY DE RELACIONES SOCIALES Y COMUNICACIÓN del UNIVERSO SENSIBLE.

Artículo 2º. Comuníquese a toda la comunidad del UNIVERSO SENSIBLE. Publíquese, cumplido, archívese.



jueves, 2 de septiembre de 2010

Del suicidio



En un día como este, en el que todo se aparece como pesaroso y desgraciado, dan ganas de romper en muchos pedacitos el contrato tácito que mantenemos con el universo. Este contrato regula, básicamente, hasta qué punto es digno permanecer con vida.
Cuando se es desgraciado en todos los aspectos de la vida, no hay que pensar demasiado. El suicidio es casi un impulso que, como toda obviedad, prescinde del fundamento de la razón. Tengo muchas razones para mantenerme con vida. Pero ninguna de todas ellas tiene que ver con la belleza o felicidad u otros axiomas de signo positivo que la vida ofrecería. Tiene que ver siempre con potencias.
Más de una vez, en la madrugada de algún sábado, decidí después de esperar largo rato el colectivo, tomarme un taxi. Cualquier ser humano consciente de las miserias del mundo sabe lo que ocurre cuando esa voluntad de esperar y esa fe ciega en el advenimiento del colectivo empieza a flaquear. Ni bien pares ese taxi, justo al momento de cerrar la puerta y comunicar tu destino, sabés, porque lo sabés, que te vas a dar vuelta una última vez para ver si el colectivo se manifiesta o si tu espera fue inútil. Y sabés que siempre aparece. Una milésima de segundo después que el taxímetro se ponga en movimiento podés ver el cartel luminoso reflejado en los tres espejos, y si tenés la suerte suficiente, el colectivero se pelea con tu taximetrero.
Entonces, que nadie me venga a decir que en ciertas religiones uno puede llevar una vida licenciosa durante 60 años y cinco minutos antes de morir, todo se soluciona con unas ligeras disculpas con el amo del universo: MINGA. La realidad es la retrogradación exacta de esto último. Después de manifestar paciencia, fe y esperanza durante horas, por un sólo (pero determinante) momento de debilidad, uno se va en taxi al infierno.
Con todo esto quiero decir que una de las razones para no matarse es esta: Es casi seguro que el mundo mejorará justo después de saltar. Es de cajón que un segundo después va a sonar el teléfono con tres o cuatro ofertas laborales de esas que dan gusto. Es inexorable que mientras te precipites con una aceleración de poco más de 9,8 entre los pisos 5 y 4 te vibre el bolsillo, que por alguna razón todavía contiene el teléfono que recién entonces recibe un mensaje esperado. Además, el innombrable es tan juguetón que te da tiempo para leerlo justo cuando ya no podés arrepentirte de la decisión tomada. Y, para cantar bingo, el innombrable se aparece, echando por tierra toda angustia existencial.
Qué puede hacer uno para posponer el suicidio? Este tipo de idioteces. Escribir un blog. Caminar hasta la próxima parada. Volver a la anterior. Comentar con algún otro que esté esperando "Qué ganas de tomar un taxi eh!". A lo que el otro contestaría: "Aguante, amigo..aguante. Paciencia y trabajo, la gracia siempre está por venir". Tal vez encontrar alguna señorita digna de ser vista, y decirle "Que rico el helado de pistacho, no?". Pregunta que no será respondida. Como si esa chica se encontrara menos sola, menos sucia, menos desahuciada, menos harta de esperar.
Hay alguna razón para no rebelarse contra la imposición que es la vida? No. Ninguna. Por qué sigo viviendo? No sé. Es entonces que me dan ganas de repetir algo que dije hace como siete años: Cuando muera, que no se diga que no le di a este mundo el beneficio de la duda, cuando negárselo era indudable.


G.-


PD: Prometo algo más serio sobre el suicidio, alguna vez, cuando el humor no sea necesario y el suicidio no sea tentador.



domingo, 29 de agosto de 2010

I


Probó alejándose
tapando el sol con un dedo
y hasta con la punta de un alfiler.
Pero la curiosidad es más fuerte
y el idiota siempre quita la mano
con el afán de comprobar que el sol fue muerto

Es menester mirar al sol de frente
dejar todo miedo de lado
por indigno y por imbécil.
Y esperar, con eterna paciencia
la muerte de ese sol azul
o una bendita ceguera.

Mirar el sol hasta que le repugne
hasta que su sola presencia de náuseas
mirarlo con odio intestinal.
Contabilizando sus pecados
ridiculizando sus deformidades
especulando con sus debilidades.

Mirarlo como se mira a los perros prostitutos
olerlo con involuntario desagrado
palparlo con ese asco escalofriante.
Conocerlo hasta lo más profundo
transformar su existencia en caridad
hacer de su esencia una quimera.

Terminó por darle todo eso a ese sol azul
el idiota y sus numerosos pecados,
deformes debilidades.
Hecho ahora perro prostituto
desagradable esclavo, asqueroso escalofrío
quimera inexistente.

Con una gota de espeso barro
dividiéndolo en dos por la espalda
hasta caer por su sexo,
el idiota recoge el alfiler
levanta la mano triste
en un último intento de enamorar al sol.


jueves, 26 de agosto de 2010

De las necesidades prescindibles



Un título como ese es una trampa para los ávidos refutadores de leyendas. Tranquilos, beatos, ya todo tendrá sentido. No es difícil reconocer que los hombres (y las mujeres. Cuando digo hombres me refiero al género humano todo) tenemos necesidades de cuya satisfacción no depende nuestra continuidad en la vida. Quiero decir, yo no puedo vivir sin comida, aire, agua y piso. Pero no es menos cierto que tampoco podría vivir sin arte, sin bicicletas, sin sexo, sin pensar, sin dormir, sin hablar. Hay miles de cosas innecesarias que se me hacen imprescindibles para continuar viviendo. Porque en algún punto uno negocia con la existencia. Yo no le tengo ningún aprecio a la vida en sí misma. Ninguno.
No creo que la vida valga la pena. Si sé que la vida es condición sine qua non para todo lo demás que tal vez sí valga la pena. Podría vivir sólo con aire, pan y agua. Pero no lo haría. Porque estas necesidades prescindibles son aquellas que para nosotros valen más que la vida o la no vida. Se soporta la existencia para presenciar el alba, para reabastecer las propias narinas del olor que emana determinada mujer, para demostrar mediante la propia voluntad que puede dársele al futuro el beneficio de la duda.
Incluso dentro de estas necesidades prescindibles encontramos algunas coyunturales y otras absolutas dentro de lo relativa que es nuestra existencia. Yo no imagino lo que queda de mi vida sin arte. Eso es en términos absolutos. En términos coyunturales, hoy no imagino o no quiero imaginar mi vida sin tocar cierta pieza, o sin abrazar a algún amigo. Es en esas cosas que declaramos necesarias que nos va la vida. En esas necesidades autoasignadas hacemos notoria nuestra voluntad.
Los religiosos deberán aceptar que el hombre puede vivir sin dios. Puede nacer, comer, reproducirse y morir sin que esa idea siquiera se le cruce por la cabeza. Y los no religiosos deberán aceptar que el hombre no puede vivir sin dios por una razón mucho más maravillosa que el cumplimiento de las exigencias de Natura: Porque no quiere. Voluntad! Bendita tu eres entre todas las esencias humanas. Una voluntad tan fuerte y tan subjetiva que trasciende al sujeto. Se vuelve universal e imprescindible. Voluntad que da a luz una necesidad. Es una necesidad que existe fruto de la voluntad de que exista.
Ortega y Gasset llamaría a este fenómeno con un vocablo que sigue apareciendo hasta en los rincones más inesperados: Amor. Dice: "Amar una cosa es estar empeñado en que exista; no admitir, en lo que depende de uno, la posibilidad de un universo donde aquel objeto esté ausente. (...)Amar es vivificación perenne, creación y conservaciónintencional de lo amado." Si congeniamos con esta definición - cosa fácil ya que es bastante comprensiva de muchos fenómenos - podemos entender por qué se siente en ocasiones la necesidad de una persona, o de cualquier cosa amada. Es una necesidad que encuentra su génesis en lo más profundo del alma humana. Y esto es así. Nace en el alma humana. No precede a la existencia del hombre, como sí lo hace la necesidad de comer. Muchachos, esto de amar es puramente nuestro! Encuentra su expresión fenoménica en lo más superficial: Su conducta. Esta necesidad autoprovocada de manera intencional es, a veces, más fuerte que las necesidades impuestas por la naturaleza.
¿Cuántos de nosotros nos hemos quedado sin comer, sin dormir, sin reproducirnos, sin ver el sol, sólo por amor a algo o a alguien? Sospecho que todos. Y el que no lo haya hecho, se lo recomiendo. Las necesidades de origen humano - esas prescindibles para seguir en el rubro de ser vivo - son mucho más pregnantes que las impuestas por una naturaleza que no se nos acomoda. Esto se ve a nivel individual y a nivel social. Sólo esto explica que se talen árboles para construir guitarras, que se haga explotar una montaña para construir joyería, que se exprima al planeta para andar en auto. Porque hay necesidades sin las cuales el hombre podría seguir viviendo, pero no quiere.
A la manera de obreros frente al patrón, ponemos nuestras condiciones para mantenernos con vida. Estas exigencias pueden variar entre continentes, sociedades e individuos. Pero hay algo común a todos. Todos necesitamos ser conmovidos. Le exigimos al mundo que nos presente momentos trascendentales. Sean estos cuales sean, no importa. Nadie quiere vivir sin magia. Puede llamarse amor, religión, vocación, participación política, libertad. Pero todo hombre vive por y para el fenómeno de la conmoción.


G.-

domingo, 22 de agosto de 2010

De la vejez


Resulta difícil delimitar esa etapa cadencial de la vida. Si uno tuviera que describir a una persona vieja, probablemente hablaría de arrugas, canas e impotencias. Pero intentaremos hablar de vejez en términos más subjetivos y, por eso mismo, reales. Tal vez la vejez se hace presente cuando el sujeto sabe que es más intenso el recuerdo de lo vivido que lo que queda por vivir. Se podría adjuntar la proximidad de la muerte, pero uno puede sentir esa proximidad en el cenit de su vida, con la angustiosa sensación de que todavía quedan muchísimas cosas por vivir. Por esto nos quedamos más con la definición que hace referencia al recuerdo. La vejez se trata, entre otras cosas, del final último.
El sujeto que alcanza la vejez no pudo haberla alcanzado sin un mínimo cariño por la existencia. Es dado pensar, entonces, que la proximidad de la muerte se ve teñida de angustia. Pero no sólo es la angustia por el final último de la vida, sino también por todos los finales que se suceden. Es la angustia por la pérdida de lo que uno era, en alguna medida. Se pierden capacidades, apariencias, tolerancia. Sin contar la pérdida de todos aquellos seres que fueron desapareciendo durante nuestro paso por la vida.
La ancianidad es el último tramo de la construcción de esencia. Son tantas y tan intensas las cosas por recordar que gran parte del día debería invertirse en esa labor. Es difícil pensar en una vida plena cuando la misma va en decadencia. Sin embargo, esa misma decadencia puede manifestarse plena y esa cadencia puede constituirse en parte estructural de la obra que es la existencia.
Ejercitando la imaginación puedo ver a un viejo escribiendo elegías para la muerte de un joven. Mirando cada tanto sus manos y comprobando que las arrugas siguen ahí. Leyendo todo lo que puede, para aferrarse con toda su fuerza a lo que cree ser. Mirando a través de cristales rayados ora al espejo, ora a una foto vieja. Llorando la muerte del joven y la de todos los otros. Recordando a los que el veía viejos, tan lejanos. Recordando el mundo recibido y analizando el mundo realizado. Admirándose y preocupándose de la nueva juventud en el mundo. Tal vez acompañado, tal vez solo. Pero en este ejercicio encuentro poca belleza. La vejez se me aparece como un pedestal desde el cual pueden verse los resultados de la vida. No me interesa ver nada de eso.
He tratado muchos viejos en mi corta existencia. En ese trato pude distinguir distintas formas de acatar la ancianidad y de sobrellevarla. Aquellos que se ven acompañados por una familia suelen aferrarse a esta como un náufrago a un salvavidas. Porque en los miembros más jóvenes reviven su propia juventud, porque se sienten necesarios en una forma en la que no se sentirían en otros ámbitos. Sólo la necesidad (por parte de otros) del amor que uno puede dar justifica la existencia de uno.
Hay otros viejos que además de estar acompañados (o a pesar de no estarlo), lograron hacer algo con sus vidas en su juventud. Y no me refiero con esto a que son grandes personalidades ni que son dignos del reconocimiento de la sociedad. Digo que han hecho algo con lo que ellos eran. Se constituyeron como objetos de sí mismos y decidieron hacer algo con eso. Convertirse en lo que ellos querían. Eligieron lo que son. Ellos son los que viven hasta el último minuto, sin importar si la muerte llega temprano, justo o tarde. Estos son hombres sensibles que mientras tengan piernas, caminarán. No existe el cansancio. No existe la dificultad. Las empresas se dividen en dos tipos: Posibles e imposibles. Y las imposibles no existen. Esta es la gente que no valora tanto la vida sino lo que puede hacerse en ella. Si esa actividad la lleva a la muerte, habrán vivido plenamente. Si el miedo los lleva a la parálisis, se sienten indignos de la vida hasta que abandonan ese estado, sobreponiéndose al temor.
Existe un último tipo de ancianidad. Son aquellos sujetos que valoran, por sobre todas las cosas, la vida. Nada es para ellos más importante que mantenerse vivos la mayor cantidad de tiempo posible. Con este objetivo, son ellos los viejos que nunca dejan su morada. Siempre guarecidos de las inclemencias de la vida. Sólo salen para visitar doctores que los drogan hasta que revientan. Este es el poético caso de aquellos que mueren de manera prematura. La típica situación en la que el propio temor a la muerte termina por provocarla. Estos sujetos olvidan que la única forma de vivir, es viviendo. Que los doctores de la ley perdonen mis tautologías.
Como vemos, las distintas formas de sobrellevar la vejez tienen clara relación con lo que uno haya hecho de uno. Creo que la vejez que más amo es la que permite entrever destellos de juventud. Esos viejos mal llamados locos. Porque a pesar de sus canas se atreven a andar cambiando. Aún siendo portadores de arrugas tienen la desfachatez suficiente como para andar haciendo gala de su libertad. Me gustan los viejos que se ríen con benevolencia de los jóvenes equivocados. En contraposición con esos que ríen con sorna, valorando más su razón que la realidad. Me gustan los viejos que dan cuenta de que han amado y que aún en su vejez, transgrediendo todas las leyes, aman y besan. Valoro más que nada a aquellos ancianos que no hacen caso a quienes desconfían de sus capacidades (o los cuidan), horadándolas. Esos que no sienten ningún temblor al tirarse al mar, o al salir una mañana de frío a sacar al perro. Los que no traicionan todo su ser construido durante toda su vida con la pobre intención de posponer la muerte.

Para concluir, me limito a aclarar (como siempre) que mis valoraciones son estéticas. Como dije antes, encuentro poca belleza en la vejez analítica de la juventud o en cualquier vejez que no contemple el movimiento. Me gusta el viejo que afirma su libertad volviéndose impredecible. Ese que no se somete a lo que otros idiotas como yo dictan que un viejo debe ser.


G.-

jueves, 19 de agosto de 2010

De la naturaleza del alba


Existe cierto encanto en despertarse antes que el sol. Quien se despierta cuando todavía reinan las tinieblas se comporta como aquellos padres que despiertan lentamente y en cuotas a sus hijos. Dando cuenta de cada momento de ese despertar, propiciándolo y acompañándolo. Se trata de una sensación de unicidad irrefutable. Uno se encuentra sólo, pero sólo con el mundo. Sólo frente a un momento trascendental. Se trata de esa capacidad humana de leer ciertos fenómenos cotidianos e inexorables como si fueran únicos. Más que leer, percibir.Como hemos dicho alguna vez, percibir el nacimiento de lo nuevo. Casi sin tiempo de siquiera notar la muerte del día anterior.
No puedo dar fe de que lo que yo percibo como nacimiento del sol sea, en realidad, fruto de una simple rotación de una roca inconmensurable sobre la cual estoy parado. Y, honestamente, no quiero pensar eso. Si alguien siente el planeta girar, si alguno presiente la llegada del sol por sentir que el mundo está llegando a los 360º, si alguien de veras siente eso, podrá maravillarse con la tierra y su rotación imperturbable.
No sólo no siento que la tierra gire, sino que además percibo que el sol sube y luego cae, siendo esto análogo a la vida misma. Analogía que nos permite decir que el sol nace y muere y que un ser está en el alba, cenit u ocaso de su vida. En ese pensamiento metafórico se encuentra la unicidad con el universo. En sentir que el hombre y el mundo se manejan con lógicas similares. Entender que, después de todo, no nos hemos alejado tanto de la naturaleza y que existe la posibilidad de ser con el mundo. No porque le convenga al hombre, no porque le convenga al mundo, no porque de esa forma el universo vaya a ser más comprensible. Como todas, esta también es una decisión estética.
El atestiguar ciertas cosas deja una sensación de responsabilidad sobre ellas. Una quimera en la cual no sólo vimos el alba, sino que no hubiese sido posible sin nuestra presencia. Como aquellos padres, que con aplomo acompañan a sus hijos en el aprendizaje, creyendo que sin su compañía el aprendizaje no hubiera sido posible. Tal vez sea así, tal vez no. Pero sin duda el alba sería menos sublime sin mi presencia.


G.-


miércoles, 18 de agosto de 2010

De la magia y el ilusionismo

Foto: "El eterno grito de la existencia" S. Abaldi




"Se l'emozione di una lacrima è accompagnata
da un sorriso, vuol dire che la magia ancora esiste."
O. Zumbo



Se percibe una diferencia esencial entre magia e ilusionismo. Si buscamos ilusionismo en ese compendio de signos lingüísticos que es el diccionario, éste nos dice lo siguiente: "Arte de producir fenómenos que parecen contradecir los hechos naturales." Pero el diccionario nunca satisfizo mis necesidades de significación. Y sospecho que nunca satisfizo las necesidades de nadie. El ilusionismo se trata de generar ilusión. Obra sobre la apariencia y hasta ahí llega. Su búsqueda es la sorpresa y el desconcierto. Nada más.
Por otra parte, la magia representa una cuestión mayor. No sorprende (necesariamente), sino que conmueve. Quien presencie un acto de magia verdadero no sentirá desconcierto como emoción reinante. Es más bien una conmoción. Es por esto que no puede limitarse la magia a la actividad humana, aunque la magia perteneciente al hombre sea la que más nos conmueve.
El ilusionismo se hace con naipes, con palomas escondidas y dedos de caucho. La magia se hace con la psique (o alma, si nos ponemos místicos). El ilusionismo engaña los sentidos. La magia construye una verdad sobre el alma. Una verdad artística, de esas que a través de la ficción generan revelaciones irrefutables. De manera que la magia se encuentra en nuestra propia percepción del universo.
Alcanza con salir a la calle. Puede verse magia en transeúntes desinteresados que sonríen sin razón. Yo la encuentro cada vez que cruzo miradas con alguna señorita y con sólo eso sus mejillas se tiñen de sangre. Veo magia cuando un hombre en un colectivo sostiene a una mujer a punto de caer. Y se hace aún más conmovedora cuando percibo que el fulano quisiera hablar con la señorita, acercársele, romper con el anonimato impuesto por las grandes ciudades. Pero se reprime. En esa represión sin sentido se percibe algo mágico. Se percibe magia cuando toda una orquesta cae junta en un tutti, pero el director cae tarde. La magia nos golpea en la cara cuando vemos a un intérprete hacer exactamente lo que quiere hacer con su instrumento, y se nota.
El ilusionismo es técnica. La magia es arte. Mientras que uno se ocupa de demostrar que la mano es más rápida que la vista, la otra se empeña en probar que el hombre cree lo que quiere creer. Y en ese creer hay un crear implícito. La magia permite la interpretación de quien la percibe. El ilusionismo produce el desconcierto generalizado. La magia exalta las particularidades de cada hombre como sujeto. El ilusionismo deja a las masas con las bocas abiertas, bien dispuestas para que se las llenen de idioteces.
La frase que abre esta entrada pertenece a un hombre mágico, Orlando Zumbo. En español: "Si la emoción de una lágrima es acompañada por una sonrisa, quiere decir que la magia aún existe." En esa mezcla mugrienta de cosas va la magia. En llegar a la nada. Orlando nunca fue un ilusionista, fue un gran mago. Y así como un niño tuvo su elegía, también la tendrá Orlando. Quien nunca hizo caso de los refutadores de leyendas. Esos onanistas cerebrales que desconocen las profundidades del alma humana y ningún interés tienen en conocerla. Esos seres pragmáticos que se ocupan del fenómeno y nada más. Esos ilusionistas vagos y mediocres que confunden la magia y la grandeza de espíritu con un auto-engaño por medio del cual logran vivir, digamos, en paz.
No tengo ninguna intención de teñir de axiología mis escritos. Todas mis valoraciones son estéticas. Si alguien pidiera mi consejo, diría que la vida debe vivirse de la forma más conveniente posible. Asegurarse el porvenir, hacerse de una comodidad dichosa que nos permita sobrellevar la vida hasta la muerte. No importa lo que uno sea sino lo que uno logre. Eso es para la gente a la que le deseo la felicidad más absoluta. A aquellos a los que les deseo una vida mágica y digna de veras, les recomiendo todo lo contrario. Ocúpese de la vida misma y de ud mismo en tanto objeto de sí mismo. Hágase. No importa lo que ud logre, importa lo que ud sea. Porque los valores sociales son dinámicos. Y porque el único valor que de veras importa es el suyo.
Seamos bellos por sobre todas las cosas. Realmente no importa nada más. Bellos para quién? Para nadie! Seamos hermosos, ocupémonos de la estética del mundo, llenemos de magia las esquinas. No hablo de belleza en términos de belleza clásica. Hablo de belleza de verdad. Hablo de autenticidad. Hablo de magia.


"Vivimos en un mundo tan tan horrible que
la única forma auténtica de rebeldía es la belleza."
Autor cuyo nombre no recuerdo.


G.-



domingo, 15 de agosto de 2010

De la idea sensacional


Cuando hablo de idea sensacional me refiero a una idea que no parte de otra. Es decir, una idea nacida con la infructuosa intención de explicar una sensación. Un autor que he frecuentado, E.M. Cioran, en su libro "En las cimas de la desesperación", en el capítulo "Sobre la Muerte", nos dice lo siguiente:

"Algunos problemas puramente formales, por muy difíciles que sean, no exigen en absoluto una seriedad infinita, puesto que, lejos de surgir de las profundidades de nuestro ser, son únicamente producto de las incertidumbres de la inteligencia. Sólo el pensador visceral es capaz de ese tipo de seriedad, en la medida en que para él las verdades provienen de un suplicio interior más que de una especulación gratuita. Al ser que piensa bajo el efecto de un desequilibrio vital. Me gusta el pensamiento que conserva un sabor de sangre y de carne, y a la abstracción vacía prefiero con mucho una reflexión que proceda de un arrebato sensual o de un desmoronamiento nervioso. Los seres humanos no han comprendido todavía que la época de los entusiasmos superficiales está superada, y que un grito de desesperación es mucho más revelador que la argucia más sutil..."

Varias cosas se desprenden de este fragmento. En principio, este autor también pondera la realidad por sobre la razón, como bien deja en claro la última frase citada. Es decir, valora más la verdad visceral, eso que no puede explicarse pero de cuya existencia no se puede dudar porque se lo siente caminar por el esófago, y le quita importancia a la razón. No sólo esto. Además, se percibe claramente la diferencia entre la reflexión profunda y la masturbación intelectual. Ésta última funciona como una actividad lúdica, ideal. La reflexión profunda se sustenta sobre un problema real. Siempre. Por lo general este problema es insoluble.
Lo que defino como idea sensacional es aquella idea que nace de una reflexión profunda que a su vez parte de una sensación. Tal vez una posición superadora, que ya plantea Cioran. La razón en sí misma, o cualquier mecanismo de pensamiento, si además de tener valor intrínseco (sentido) desea tener valor de verdad, debe sustentarse en una sensación. En una realidad de manera directa.
Cuenta Sábato en "Antes del fin" que se encontró con Cioran, y le sorprendió ver que era un hombre que vivía muy bien la vida. Un tipo divertido, afable, de esos que no escatiman la risa. Cuenta que le sorprendió bastante. Esto es porque si uno lee sus escritos, supone que el sujeto que maneja la pluma está constantemente a punto de suicidarse. Pero en realidad, son dos cosas completamente compatibles. Alguno tal vez haya leído las "Instrucciones para abrir el jabón Sunlight", de Alejandro Dolina. Sobre el final dice lo siguiente:

"Ahora que se fue el jabonero, aprovecharé para confesarle que suelo
elegir a mis amigos entre la gente triste. Y no vaya a creer el ama de casa Sunlight que nuestras reuniones consisten en charlas lacrimógenas. Nada de eso: concurrimos a bailongos atorrantes, cantamos canciones puercas, nos enamoramos de mujeres desvergonzadas que revolean el escote y hacemos sonar los timbres de las casas para luego darnos a la fuga. Los muchachos tristes nos reímos mucho, le aseguro. Pero eso sí: a veces, mientras corremos entre carcajadas, perseguidos por las víctimas de nuestras ingeniosas bromas, necesitamos ver un gesto sombrío y fraternal en un amigo que marcha a nuestro lado. Es el gesto noble que lo salva a uno para siempre. Es el gesto que significa "atención, muchachos, que no me he olvidado de nada".

Mediando entre el asqueroso pragmatismo y el asqueroso subjetivismo, los saluda con afecto,


G.-

El señor de la foto es E.M.Cioran
Las instrucciones de Dolina pueden verse aquí (muy recomendable)



viernes, 13 de agosto de 2010

Del criterio artístico y su valoración

Esta entrada se propone delinear de alguna manera lo que llamaremos "criterio artístico". Me refiero con esto a cierta forma de pensar. Y cuando digo forma, digo forma. No contenido. Existe este modo de conducir el pensamiento en todos nosotros, sin importar la disciplina a la que nos dediquemos. Encontramos este criterio en las ciencias más duras. Se trata de un método de relación entre elementos. Digo método y no sistema. Los métodos varían según el objeto. Los sistemas son generales. Como ejemplo podemos hablar de sistema tonal y método dodecafónico.
El hecho es que el arte se percibe desde un lugar distinto de aquel desde el cual se percibe la ciencia, por ejemplo. Ortega y Gasset dice algo, no habla de esto, pero su definición me viene como anillo al dedo: "...Conocimiento del hombre o antropología filosófica. Esta disciplina nos enseñará que las almas tienen formas diferentes, lo mismo que los cuerpos. Con más o menos claridad, según la perspicacia de cada uno, percibimos todos en el trato social esa diversa configuración íntima de las personas, pero nos cuesta mucho trabajo transformar nuestra evidente percepción en conceptos claros, en pleno conocimiento. Sentimos a los demás, pero no los sabemos." Esto es devastador para el positivismo. Se lo siente, no se lo sabe. Se lo percibe.
El arte pega donde ninguna otra actividad del hombre pega. Ahí. En esa parte humana innombrable. Lo que el arte dice no puede ser puesto en duda porque, en rigor, no dice nada. No puede sabérselo al arte. No es inteligible. No se lo puede razonar, si se lo quiere comprender. Sólo se lo puede percibir. Como siempre decimos, las cosas no tienen importancia en sí mismas sino que adquieren su relevancia en las implicancias que tienen. Ya Platón decía: "Déjenme hacer los himnos de un pueblo y no me preocuparé por quien haga sus leyes." Si pensamos un poco en la actualidad de nuestro país, ¿Sería posible tanto consenso con respecto a la vigencia de los derechos humanos si no hubiera habido tanto artista encargado de conmover a la gente sobre este tema? ¿Hubiera sido posible el juicio a los militares, la derogación de las leyes de impunidad, etc., sin Charly García? Sin Mercedes Sosa? Sin Gieco? Yo lo dudo. Por lo menos.
Lo que conmueve a un hombre y a un pueblo, no es la información. Jamás. Lo que conmueve es la música de fondo, el tamaño de la letra, las imágenes elegidas, la impostación de la voz, todo eso que constituye el cómo es lo que llamamos criterio artístico. Pues bien. Queda dicho que es el arte lo que toca las fibras más íntimas del hombre. Entonces, yo me pregunto por las implicancias que esto tiene. Cómo puede pensarse una historia de la humanidad sin pensar una historia del arte? No podemos pensar a Hitler sin Wagner, no podemos pensar a Marx sin Beethoven o Brahms, ni a los Médici sin Miguel Ángel. No puede entenderse realmente a nadie si no se establece alguna empatía con lo que ellos sentían. Si no tuviéramos la posibilidad de saberlo, nos conformaríamos con los textos. Pero sabiendo que el arte es un transmisor de percepciones, no es algo cuyo valor histórico pueda desdeñarse con facilidad. Y sin embargo se lo hace. Como si fuera un dato menor o accesorio.
No quiero ser demasiado taxativo, pero los códigos caen. Las leyes funcionan mientras funcionan. La razón viene haciendo agua desde el siglo pasado. Sin embargo los hombres, al menos desde donde conocemos, siempre miraron a través de sus ojos, olieron por sus narinas, oyeron en sus orejas y palparon con su dermis. La percepción no varía demasiado! Lo amargo en la Grecia clásica sigue siendo amargo hoy. Lo que sí cambia es el vocablo "amargo". El fenómeno permanece, la idea también, pero el código cambia. Entonces por qué se soslaya algo tan unívoco (en algún sentido) como el arte? Porque no es inteligible. Descartes vive! Esto no es post-modernismo. Esto es una eterna agonía del añejo modernismo cartesiano. Aún hoy, después de haber recibido infinitos chancletazos por centuria, esa gran cucaracha moderna sigue intentando ponerse sobre sus patas y sigue recibiendo extremaunciones como esta.


G.-




Elegía para la muerte de un Niño (Parte tres)


Los cumpleaños fueron sucediéndose unos a otros y el espacio de tiempo entre ellos parecía acortarse cada vez más. El fuego dejó de sorprenderte. Nada conspira contra la sopresa con mayor eficacia que el aprendizaje. Siguió molestándote el mantel de polietileno, siempre pegajoso. Pero siempre habrá nuevos que vayan a sorprenderse y, eventualmente, aprenderán. Largos años tardaste en deshacerte de ese
corte de pelo que nunca elegiste. Un buen rato te tomaste para hacer algo con lo que hicieron de vos. Larga vida tuviste.


Esta debe ser una de las mejores sensaciones que hayas tenido. La
adrenalina de estar en manos ajenas, y sentirlo así. Ese era un lugar al que nunca querías ir, pero que después no querías dejar. Empezabas a discutir con vos mismo. Tu alma pequeña daba cuenta de que podía albergar más de una personalidad. En esa pluralidad de seres que contenías, te volvías impredecible. Así empezaste a agonizar claramente. A mirar hacia afuera del jardín del edén. Sensaciones de poder, autosuficiencia, pluralidad dentro tuyo, fueron sintetizándose en la idea de libertad.


Con cierta premura llegaste hasta arriba de todo. Cargaste la cruz con la que naciste y la clavaste lo más alto que pudiste. Encontraste tu muerte en una sala de partos en la que me engendraste a mi. Soy hijo de tu dolor, hijo de tus fantasías y huérfano de todo tu ser. Tu esencia sigue viva en algún lado. Al menos lo que yo pude ver de tu esencia queda hoy documentado. Haré todo lo posible por honrar y continuar esa esencia, tu estética más esencial, todo lo que hacía que vos fueras vos. Porque sospecho que ahí hay verdad. Hay incoherencia? Si. Hay razón? No. Pero yo no tengo que rendir cuentas ante nadie. Sólo ante vos. Vos sos mi dios. Vos sos quien me hizo, con trabajo, todos los días, en contra del mundo y con éste. Sólo a vos te rindo pleitesía. Sólo ante vos me arrodillo. El que verdaderamente me pensó antes de que existiera. El único que confió ciegamente en mi. Tanto que dio la vida.




Tu agonía fue lenta. Tu muerte fue tortuosa y la sentiste. Después de darme a luz, me acompañaste moribundo, atontado e inconsciente durante algún tiempo. Tanto a vos como a mi se nos hizo difícil comprender la vida. Es más, ambos sabemos que hemos fracasado rotundamente. Es probable que el problema principal de la humanidad sea su discreción en la percepción. La vida no puede percibirse como un continuo. El hombre necesita segmentarla para, digamos, entenderla. De manera que no tenemos una comprensión analógica de la realidad, nuestra comprensión es terriblemente discreta. No es casual que todos los sistemas de recopilación de datos funcionen de esa forma. No son analógicos a la realidad que documentan, pero son análogos al hombre y su percepción.
A pesar de esto, en ese poco tiempo que tuvimos de convivencia, hemos cometido idioteces tras idioteces. Pero entre nosotros nos juzgábamos. Conocimos nuestra vocación. Eso te gustó. Por las épocas por las que tu muerte era ya esperada y sabida conocimos la amistad y el amor. A veces pienso que el amor es sólo posible con vos. Con tu compañía, quiero decir. Para qué necesita amor un hombre? Un hombre no necesita recibir amor, necesita darlo, en todo caso. El que recibía el amor eras vos. Hasta que decidiste tu muerte. Tomaste la decisión por ambos, de que era mi vida la única que valía el esfuerzo. Tal vez ahora tenga que imitarte. Pensar al siguiente. Hacerlo, darlo a luz, dejarle mi esencia y la memoria de la tuya. Tal vez esto ya se hizo, y tu esencia me llega de segunda mano. En ese caso, le reprocho a mi antecesor el no haberte homenajeado como merecías.
Encontrarás la vida eterna en mi y la eternidad en todo lo que yo haga. Porque sólo hijo tuyo soy y sólo vos me hiciste verdaderamente. Amén.-



G.-