Esta publicación periódica que será carente de regularidad nace de un pecado desvergonzadamente confeso: La soberbia. Nace de la idea de que quien suscribe tiene algo para decir y que vale la pena que sea oído por otros.
No es nuevo. Es una idea que me persigue hace tiempo. Tampoco serán nuevas las cosas que publique. Quienes me conocen seguramente ya las han oído en conversaciones informales que, por lo general, olvido.
No siempre estaré suscripto al código de la razón. Esto significa que quienes se sometan a la lectura de estas publicaciones encontrarán contradicciones entre las distintas entradas, e incluso dentro de una misma. No es un capricho. Es la decisión consciente de ponderar la realidad por sobre el código vigente, es decir, la razón. Los instruidos dirán: "¿La realidad? ¿Cómo se interpreta la realidad sin acudir al código vigente?". Y tendrán razón. Sólo razón. Yo también me pregunto cómo se interpreta la realidad acudiendo al código vigente, visto que hace más de un siglo que recolectamos evidencias que nos escupen en la cara verdades divergentes del código vigente.
La realidad se interpreta, se conoce y punto. No es la gnoseología la problemática a la que suscribe esta entrada inaugural.
Las alusiones a Dios estarán a la orden del día. Nunca cuestionando su existencia fenoménica, porque no nos interesa. Para evitar futuras confusiones, más vale aclararlo aquí. Si congeniamos con la idea sartreana de que en el hombre la existencia precede a la esencia, en el caso de dios encontramos una esencia, o muchas. Pero de existencia nada sabemos. No se puede negar la esencia de dios. Y es a eso a lo que se hará referencia frecuentemente. A la idea de dios. A la figura poética que significa. Sin duda el título del blog tiene algo que ver con esto. Hoy no queda un sólo fenómeno que personifique a este dios. El mundo de dios, el mundo que el hombre no controla, el mundo que el hombre se encontró al llegar, ya no existe. Hemos hecho nuestro propio mundo, viva! También por la sensación de nostalgia por un mundo que no sé bien si alguna vez existió es que nace este blog. El mundo de dios. Igual de injusto que el mundo de los hombres, pero injusto de forma inexorable. La injusticia de los hombres es elegida, planeada e instrumentada. Es nuestra culpa. Es mi culpa. Hoy dios vive en reservas. Dios es un indígena del siglo XXI en boca de todos y cuya esencia se desconoce. Dios, que siempre fue esencia hoy es reivindicado como fenómeno por los mismos fulanos que llenos de la misma soberbia que motiva este blog se escaparon del paraíso. Porque, no nos engañemos, el hombre se siente expulsado del paraíso porque no entiende qué hace afuera. Pero el hombre de antaño reconoció su libertad y la puso en práctica, quiso crear, y creó. En el afán de hacer algo propio hizo esto. Bien, este es nuestro mundo y ya no se puede negar. Dios no juega. Dios está en el banco. Este es mi mundo, soy libre y quiero crear. A pesar de que prefiero otros lenguajes al verbo (si, les juro que existen otros), me decido a escribir. Como todo hombre, por miedo a la soledad y miedo a la muerte, que en definitiva son la misma cosa. O también puede mirarse desde el otro lado y decir que el hombre se motiva por amor y amistad. Es la misma cosa.
Sin más ganas de preludiar, se va la primera.
G.
Muy interesante Gonza. "Hay otros lenguajes".
ResponderEliminarSaludos
Raul.
Gracias Raul! Sabemos que hay otros, vitessssss
ResponderEliminarABrazo.
Muy interesante, sin duda. Desde hoy será este blog una más de mis obligaciones :)
ResponderEliminarMe encantaría comentar sobre los varios temas que tocas en esta entrada pero me temo que no tengo todavía una idea armada de lo que quiero decir (probablemente nunca la tenga).
Por lo pronto, puedo detectar un problema. Yo sí suscribo al código de la razón. No puedo evitarlo. Diría que está en mi naturaleza, y quizás estaría en lo cierto, no lo sé. Quizá también está en la naturaleza del hombre, como máquina reconocedora de patrones, el usar la razón para determinar cuáles de estos patrones realmente existen y cuáles no, tampoco lo sé.
Y si las verdades de la razón divergen quizá sea porque necesitamos una nueva razón, una que admita que A puede ser y no ser al mismo tiempo. De nuevo, no lo sé...
En cualquier caso, mi única certeza es la total incertidumbre y así saltamos todos al abismo del posmodernismo.
En fin, muy bueno el blog. Un abrazo.
Richo
Gracias! Todos suscribimos al código de la razón. Pero no siempre. Como cualquier ley, se ve soslayada por la necesidad. "mi única certeza es la total incertidumbre" Es increíble que Sócrates siga entre nosotros...ese hijo de puta pasó a la inmortalidad mal.
ResponderEliminarPosteá algo nuevo, vago!
Abrazo!
"el hombre se siente expulsado del paraíso porque no entiende qué hace afuera" Buena Gonza!
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